La Gran Vía está a tope.
La gente inconsciente se amontona en las puertas de los cines.
Esta tarde en lugar de ir al cine he escuchado dos películas distintas en directo.
Sentada en la misma silla primero ha venido Raúl y me ha hablado de sus cosas, de lo que se nos viene encima, de cómo se siente él, de que la última fiesta que se pegó le ha dejado hecho mierda durante 7 días pero ya se iba recuperando y todo eso, nuestras cosas.
Hemos estado un par de horas hablando y se ha marchado él tan reluciente y bueno como yo lo veo siempre.
Después la niña que entró la semana pasada ha aparecido en la cocina y ha ocupado el sitio de Raúl. Se ha quedado quieta mirando la pared durante un ratito mientras yo hacía cosas en el ordenador... hasta que ha estallado.
Su novio ha venido este finde a verla , él tiene 30 y ella 22. Y ella cree que no lo quiere. A mi su novio me ha parecido que es como para no cogerle mucho apego... un poquito prepotente sin ningún motivo para serlo.
Y yo que soy la menos indicada para darle consejos me he lanzado a la aventura de las conversaciones sobre el amor y la vida.
Qué valiente soy...madre mia.
El caso es que una hora más tarde ha dejado de tener ganas de llorar y ha sonreído.
a veces solo con que alguien te hable, te calmas, el por la vibración de la voz humana. Relaja bastante.
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