jueves, noviembre 25, 2010

Cent

De camino a casa entro en el Saveco chino de Luna. Es de noche, y hace un frío de aupa.
Una señora de mediana edad con apariencia normal me pide que le ayude. Me pide que le diga cual de todas las bolsas
de frutos secos, sean de lo que sean, es la más barata.
Dice que ella no lo ve. Yo le cojo la más barata y le digo que son anacardos y me voy a por unos yogures y una bolsa de gusanitos.
Estoy llegando a la caja para pagar y oigo desde el pasillo como la señora levanta la voz diciendo:
Son solo 10 céntimos, no llevo más, vivo aquí al lado. No podéis dejarme que baje mañana y os lo traiga?
....
Mañana no lo va a traer, porque si vive ahí al lado, lo lógico es que suba ahora y baje los 10 céntimos.

10 céntimos que a mi, que soy un puñetero desastre con las carteras, los bolsillos y la administración en general me representan la nada.
Cojo carrerilla, llego a la caja y se los doy al chino sin mirarlo.
Ella sigue diciendo que no puede creérselo. Me da las gracias, me pregunta donde vivo.
Yo no quiero que me de las gracias, no quiero que me diga nada, quiero que se calle, y que el chino deje de murmurar.
Solo quiero que esos 10 centimos sigan siendo absolutamente nada y no una prueba horrible de lo miserable que es el dinero.

1 comentario:

Señorita Puri dijo...

La vieja sale del Sabeco, un hombre con traje y gorra de plato le espera en un Rolls Royce Phantom con la puerta abierta.

El chino te mira y dice: "Yo sabel..."