martes, noviembre 02, 2010

....

Estaba a punto de irme y mi madre se sentó a mi lado mientras hacíamos tiempo para salir hacia la estación.
Me preguntó si me acordaba de ellos cuando estaba aquí, en Madrid. Si los echaba de menos.
Le dije que si, que muchísimo. Es difícil que ella sepa lo mucho que pienso en ellos con esta respuesta.
Ella continuó preguntándome, cuánto los echaba de menos y terminó diciendo bajito que esta situación era un asco.
La situación es que yo estoy aquí y ahora no hay ninguna razón tangible por la que deba quedarme más que la de vivir mi propia vida. Que no es poco. Y muchos días me cuesta levantarme y tirar, claro. Y claro que preferiría que todas esas mañanas María me diera un abrazo y me apretara con besos y Isa me llevara a desayunar y mi madre hiciera que la casa oliera siempre a casa y mi padre estuviera por aquí a la hora de la comida contando algún chiste malo. Y me abrazaran un montón, como siempre, y es eso,seguramente, lo que más echo de menos de todo cada día.
Pero estoy intentando no pedir disculpas por todo. Porque yo tampoco sé cómo hacer lo correcto para vivir... o lo que sea.
Y tampoco veo a nadie que lo haga mucho mejor.

2 comentarios:

arena dijo...

qué bonito lo que has escrito. te mando besitos por si te ayuda :)

lacampanera dijo...

claro que me ayuda. Guardo unos poquitos en el botiquín para emergencias.