Carol y yo hablábamos en la barra del bar , la música estaba demasiado alta como para que nuestra conversación tuviera ningún interés... menudo percal, el mismo de siempre, como cada viernes, no se salva ni uno, tenemos que salir de aquí, Vamos a ser tias!, que fort!, lo pasaremos bien en Madrid, claro, esta canción me gusta, estic feta pols, has visto el video que te mandé?, lo sabia ...da igual, estas cosas no tienen importancia cuando superas cierta cantidad de alcohol en sangre, son sólo frases que dan ritmo contínuo a la noche. En realidad las palabras que escuchamos por las noches no se pierden en el abismo de las palabras absurdas.
Había un chico detrás de la barra, no pude ver su cara, todo el tiempo nos miraba pero una sombra le cubría la nariz y la boca
Algunos disfrutan de todas estas palabras ajenas que no van al abismo de las palabras absurdas.
Todo tiene alguna utilidad, lo que unos desechamos otros son capaces de recogerlo e interpretarlo
Lo hacemos todos formando círculos de recogida y desprendimiento, lo hacemos con palabras, con objetos y con amores.
Tuve un episodio de palabras absurdas.
Bailar hasta que me duelan los tobillos.
P.D. Hoy fuí al mercado buscando Buganvillas, una palabra tan rara que parece que la estés pronunciando mal.
Un hombre vendía calcetines: " La docena de huevos a 6 euros oiga!" " Soy el que menos vende pero el que mejor se lo pasa!"
Ya te digo
No hay comentarios:
Publicar un comentario