Hairspray

Hoy fuí a la Peluquequería con Cristihan y Sergio a la hora de comer.
Cristihan me intentaba coger del brazo por la calle y Sergio me lanzaba a empujones dentro de todas las tiendas que hay desde Quevedo a Bilbao. Es un deporte que practicamos a veces y que ejercita bastante los abdominales del descojone.
La pelu es modernísima y el peluquero ha resultado ser un tío con oficio. Le ha cortado el pelo a Sergio con una navaja taleguera mientras lo amansaba diciendo que le iba a sacar al moderno que llevaba dentro y le preguntaba a su becario-guiri: Quísquilla! has mirado ya en el diccionario lo que significa quisquilla?!
Y el otro no decía que aún no ,con voz de mujer.
Al salir el peluquero nos ha pedido a Cristihan ( que se ha hecho un pelo estratosféricamente moderno) y a mi, que la próxima vez que llevemos a Sergio se lo llevemos adiestrado.
Son estupendos. Son lo más divertido del planeta y los quiero a capazos, eso he pensado mientras los veía saludarme con el pelito mojado y girando en esas sillas tan guays de las pelu's modernas.